"Se espera también para la misma fecha, el 21 de Diciembre del 2012, un alineamiento del Sol con el Ecuador Galáctico. Este fenómeno se conoce como Alineamiento Galáctico, se debe a la precesión de los equinoccios, y será cuando el hemisferio norte se verá justo al Norte de la Vía Láctea, y el Hemisferio Sur, al Sur de la Vía Láctea."
"Se puede ver una importante alineación planetaria de Marte, Plutón, Sol, Mercurio, Venus y Saturno sobre la Eclíptica, y el Sol ubicado justo encima del Ecuador Galáctico alineado casi con el centro de la Galaxia"
Este evento se produce una vez cada 26.000 años. La obsesión por 2012 se está convirtiendo en un fenómeno apoyado por muchos libros y una superproducción de próximo estreno, basados en una interpretación apocalíptica del calendario maya. Pero ¿anuncia éste un «fin del mundo conocido», un cambio radical de Era o es una creencia apocalíptica sin fundamento? Otras antiguas tradiciones, el anunciado máximo histórico de radiación solar, el progresivo incremento de los trastornos terrestres y atrevidas teorías de científicos rusos indicarían que nos encaminamos hacia alteraciones electromagnéticas sin precedentes, pero también a una posibilidad única de transformación, anunciada por los iniciados desde hace mucho… Continúa en la revista.
A comienzos de 2009, expertos de la NASA anunciaron el máximo histórico de actividad solar para 2012, que ya ha comenzado a manifestarse con llamaradas más intensas de lo acostumbrado. ¡Con no exponernos al Sol, no hay peligro, está tan lejos de nosotros!, pensará la mayoría… Si no fuera –me explica el ingeniero en telecomunicaciones Domingo Díaz– porque en junio de 2007 sondas espaciales descubrieron la existencia de una alarmante grieta, diez veces más grande de lo normal, en el campo magnético terrestre. Cuando el Sol vaya aumentando su nivel de radiación, el viento solar podría fluir a través de esta abertura, «cargar» la magnetosfera que protege la Tierra de dichas radiaciones y desencadenar poderosas tormentas geomagnéticas, que pueden aumentar de forma insospechada los desórdenes climáticos y la actividad sísmica y volcánica, además de tener perjudiciales efectos sobre todas las formas de vida terrestres.
Esto no haría sino acelerar drásticamente los efectos ya observados del cambio climático, que –según un informe secreto del Pentágono, silenciado por la administración Bush y publicado por la prensa hace cinco años– en los próximos 20 años podría conducirnos a una catástrofe global. Ésta costaría millones de vidas, debido a los desastres naturales y a las guerras desencadenadas en todo el mundo, como consecuencia de las catástrofes y privaciones que producirían los bruscos cambios meteorológicos, según las conclusiones del dicho informe, solicitado por el más influyente asesor del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld…
Coincidiendo con la llegada de Obama a la Presidencia, la Agencia del Espacio ha publicado otro alarmante estudio, encargado a la Academia Nacional de Ciencias y titulado Severos acontecimientos meteorológicos espaciales: sus impactos sociales y económicos. Según el mismo, nuestra civilización –completamente basada en la energía eléctrica– puede sufrir un pequeño colapso, debido a las tormentas electromagnéticas, dotadas de una intensidad inédita desde hace un siglo y que producirían afectos parecidos a los de las temidas bombas de pulso electromagnético. Nos recuerda que si las supertormentas de 1921 y 1859 se reprodujesen hoy, podrían colapsar la mitad de los transformadores de EE UU, provocando inmensas pérdidas económicas y problemas que afectarían gravemente a todos los servicios de éste y otros países, desde la banca y el gobierno hasta los transportes y las comunicaciones, pasando por el suministro de gas y agua, algunos de los cuales podrían tardar semanas o meses en repararse.
Extraído de Akasico.com
"Se puede ver una importante alineación planetaria de Marte, Plutón, Sol, Mercurio, Venus y Saturno sobre la Eclíptica, y el Sol ubicado justo encima del Ecuador Galáctico alineado casi con el centro de la Galaxia"
Este evento se produce una vez cada 26.000 años. La obsesión por 2012 se está convirtiendo en un fenómeno apoyado por muchos libros y una superproducción de próximo estreno, basados en una interpretación apocalíptica del calendario maya. Pero ¿anuncia éste un «fin del mundo conocido», un cambio radical de Era o es una creencia apocalíptica sin fundamento? Otras antiguas tradiciones, el anunciado máximo histórico de radiación solar, el progresivo incremento de los trastornos terrestres y atrevidas teorías de científicos rusos indicarían que nos encaminamos hacia alteraciones electromagnéticas sin precedentes, pero también a una posibilidad única de transformación, anunciada por los iniciados desde hace mucho… Continúa en la revista.
A comienzos de 2009, expertos de la NASA anunciaron el máximo histórico de actividad solar para 2012, que ya ha comenzado a manifestarse con llamaradas más intensas de lo acostumbrado. ¡Con no exponernos al Sol, no hay peligro, está tan lejos de nosotros!, pensará la mayoría… Si no fuera –me explica el ingeniero en telecomunicaciones Domingo Díaz– porque en junio de 2007 sondas espaciales descubrieron la existencia de una alarmante grieta, diez veces más grande de lo normal, en el campo magnético terrestre. Cuando el Sol vaya aumentando su nivel de radiación, el viento solar podría fluir a través de esta abertura, «cargar» la magnetosfera que protege la Tierra de dichas radiaciones y desencadenar poderosas tormentas geomagnéticas, que pueden aumentar de forma insospechada los desórdenes climáticos y la actividad sísmica y volcánica, además de tener perjudiciales efectos sobre todas las formas de vida terrestres.
Esto no haría sino acelerar drásticamente los efectos ya observados del cambio climático, que –según un informe secreto del Pentágono, silenciado por la administración Bush y publicado por la prensa hace cinco años– en los próximos 20 años podría conducirnos a una catástrofe global. Ésta costaría millones de vidas, debido a los desastres naturales y a las guerras desencadenadas en todo el mundo, como consecuencia de las catástrofes y privaciones que producirían los bruscos cambios meteorológicos, según las conclusiones del dicho informe, solicitado por el más influyente asesor del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld…
Coincidiendo con la llegada de Obama a la Presidencia, la Agencia del Espacio ha publicado otro alarmante estudio, encargado a la Academia Nacional de Ciencias y titulado Severos acontecimientos meteorológicos espaciales: sus impactos sociales y económicos. Según el mismo, nuestra civilización –completamente basada en la energía eléctrica– puede sufrir un pequeño colapso, debido a las tormentas electromagnéticas, dotadas de una intensidad inédita desde hace un siglo y que producirían afectos parecidos a los de las temidas bombas de pulso electromagnético. Nos recuerda que si las supertormentas de 1921 y 1859 se reprodujesen hoy, podrían colapsar la mitad de los transformadores de EE UU, provocando inmensas pérdidas económicas y problemas que afectarían gravemente a todos los servicios de éste y otros países, desde la banca y el gobierno hasta los transportes y las comunicaciones, pasando por el suministro de gas y agua, algunos de los cuales podrían tardar semanas o meses en repararse.
Extraído de Akasico.com
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